En su debido momento la oí pero no la escuché, estaba ciego y no supe escuchar tus gritos de auxilio añorando mis besos y caricias en todo momento.
-Te quiero
-Yo no, pero te necesito tanto...
Supe que pasaba algo, estaba de fiesta y lo sabias, lo que no se si sabías es que estuviste en mi mente toda la noche, preocupado pero sin reaccionar, visto desde fuera es para matarme, pero en el momento era todo un dilema...
Llueve por dentro ahora de mi corazón, no obstante tengo fuerzas para responderte, sé que demasiado tarde a ese mensaje que ignoré en el momento decisivo. Yo no te necesito ya, pero te quiero con fuerza, con mucha fuerza, y como siempre se me dio mal expresarme y exteriorizar lo que siento, dejaré que tu amigo hable por mi:
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